En la década de los 70, algunos jóvenes entusiastas apoyaban apasionadamente a la dictadura militar del general Juan Velasco Alvarado. Hasta que tuvieron que tomar una decisión cuando Velasco expropió los medios de comunicación, canceló la libertad de prensa, amordazó a los periodistas, despojó a los propietarios y puso una venda al público lector. Esos jóvenes velasquistas debieron tener ante sí una decisión difícil, porque se transgredía valores fundamentales para todo ser humano.
Canciller Rafael Roncagliolo |
Hoy, cuarenta años después, protagoniza una desastrosa gestión al frente de la Cancillería peruana. El Canciller tiene el deber de solucionar problemas con otros países. Pero el señor Roncagliolo pasará a la historia como un Canciller que le ocasionó nuevos problemas al Perú. El desplante al Reino Unido en favor del apoyo al eje Argentina-Venezuela-Cuba tiene evidentemente una motivación política, un contenido ideológico que Roncagliolo ha hecho prevalecer sobre el simple buen criterio: el Reino Unido es el segundo inversionista en el Perú.
La frase de Lord Palmerston es perfecta para la situación: “los países no tienen amigos permanentes, tienen intereses permanentes”. En este momento importante, en que nuestro país lidera el crecimiento económico de toda la región con perspectivas significativas y una población al fin orgullosa de su Perú, pregunto: ¿cuál es el verdadero interés permanente del país? ¿Quedar bien con Argentina, un país que le vendió armas al Ecuador en plena guerra del Cenepa y que hoy nos pone barreras comerciales? ¿O con el Reino Unido, el principal aliado de la mayor potencia global, el segundo inversionista en el Perú y uno de los gobiernos más sólidos del mundo? El canciller Roncagliolo debe irse a su casa. Él y toda esa generación velasquista le hicieron y continúan haciéndole daño al Perú.
Expreso, 25 de marzo de 2012
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