La última carta de la manga caviar -esta ya
desesperada- la mostró ayer Vargas Llosa al opinar ampliamente sobre
el indulto al ex presidente Alberto Fujimori.
Habló el sumo pontífice caviar vestido de blanco
con estetoscopio y, cual oncólogo especialista en cuello y cabeza, decretó que
Alberto Fujimori no está enfermo, ni siquiera está mal de salud.
El Nobel decidió, además, por sí y ante sí que el
derecho constitucional a la libertad de expresión no existe para Alberto Fujimori,
ni para los medios de comunicación, ni para la opinión pública peruana.
Sorprende el odio en sus expresiones. Es evidente
que no ha pensado realmente en lo que díría. Habló su narcisismo: lo que
siente, no lo que piensa. Lo que Nóbel ha dicho mezquinamente en esta ocasión
merece comentario aparte. Ha expresado que el gobierno humalista no debe
“ensuciar su gestión” dándole la libertad a Alberto Fujimori. Es él quien con
esta expresión ensucia su pluma al intentar manipular a la opinión pública empleando
ese verbo de un modo que en un escritor no es casual.
Seguramente ha debido improvisar sin pensar,
luego de las declaraciones de ayer del presidente Ollanta Humala en el diario
El País de España, en las que el mandatario asume valientemente al fin –más
vale tarde que nunca- la responsabilidad de la decisión que tomará él solo
sobre el indulto, y denuncia con todo derecho las presiones políticas
–incluyendo la de Vargas Llosa ahora- que pretenden torcer su decisión.
El Nobel no está, pues, a favor del indulto de
Alberto Fujimori. Lo está, en cambio, ocasionalmente con el de los toros en el
ruedo y el del arte de la tauromaquia como tal. Tomemos nota y a otra cosa. Su
opinión no pasa de una anécdota. Imaginemos ahí a nuestro primer escritor
sentado en su barrera, emperador de laureles, bajándole el dedo al respetable
que humildemente pide el indulto, solo porque él espera disfrutar de la muerte
del toro que un día en los años noventa embistió su vanidad.
Publicado en el Diario EXPRESO el 21 de noviembre de 2012
Publicado en el Diario EXPRESO el 21 de noviembre de 2012
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