jueves, 14 de febrero de 2013

LA REVOCATORIA ES UNA OPORTUNIDAD

Susana vs Susana


La revocatoria es invasiva. A un mes de la fecha, las opiniones son cada vez más extremas. Hoy siento la necesidad de fundamentar con argumentos mi decisión personal. Empezaré señalando que, para llevar a cabo la revocatoria, se logró conseguir 400 mil firmas (una de ellas la mía). Desde inicios del 2012 existía disconformidad con el trabajo de la alcaldesa de Lima, Susana Villarán.
Tengo la impresión de que los votantes han construido un perfil del alcalde que quieren: trabajador, de soluciones rápidas y prácticas, expeditivo, preocupado por la población. Villarán carece de esas cualidades. Quizás tenga otras, pero no cumple con las expectativas de la mayoría. Como obras tangibles -empezando ya su tercer año de mandato-, no exhibe ninguna terminada que sea de importancia, solo promesas y buenas intenciones.
Hace unos años, los períodos ediles eran de solo tres años, y todos los alcaldes (Barrantes, Del Castillo, Belmont, Castañeda), todos sin excepción, presentaron en su segundo año obras importantes. Solo para comparar, en el segundo año de Castañeda se solucionó Las Malvinas, se completó la alameda Chabuca Granda con la puesta en valor del parque de La Muralla, y se convirtió a los llamados parques zonales en verdaderos centros recreativos.
No es subjetiva o caprichosa, entonces, la decepción de los ciudadanos que acusan la incapacidad de gestión de Villarán. Si ese descontento ha sido canalizado, luego, por actores políticos que resultan desagradables, la política es así. Es absurdo pensar que cuatro revocadores, aunque fueran impresentables, por un lado y, de otro, un grupo de holgazanes autodenominados intelectuales, logren sacar algo en su provecho de esta revocatoria.
No dudo de que la ciudadanía revocará a Susana Villarán, pero sí de que el próximo alcalde sea Luis Castañeda Lossio. El perfil del alcalde que busca la población es simple, no quiere un político, quiere un gestor de la ciudad. El destino impidió que llegaran al sillón municipal el vampirismo de Alex Kouri o los desaciertos de Lourdes Flores. Llegó Susana de casualidad, una buena mujer que hoy no da la talla para el cargo. Por lo tanto, la revocatoria no será mala para Lima. Por el contrario, quizás nos encontremos ad portas de una elección más sensata para la Alcaldía de Lima. Estamos ante una gran oportunidad.


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