Esta semana ha ocurrido un hecho muy curioso,
que debe ser analizado desde diversos enfoques, un personaje de “bajas
pasiones” cuya identidad ha sido cuestionada debido a que misteriosamente
engañó a la población y periodismo durante años, utilizando un “alias”, ha
aseverado que en el Congreso de la República del Perú, existe una “narco bancada”,
compuesta por entre 10 a 12 “Narco Congresistas”. Esta temeraria afirmación no ha sido
acompañada con la relación de nombres o con la denuncia respectiva, por el
contrario, el acusador pretende cuidar sus fuentes y su propia vida.
¿Cómo interpretar esta irresponsable
afirmación que no adjunta ningún sustento?, ¿Cual es la razón para este tipo de
afirmaciones?. Lo cierto es que se
presenta al primer poder del Estado infectado por agentes del narcotráfico, lo
cual implica que el Perú en el que vivimos es un narco-estado.
Se me ocurren dos hipótesis al respecto, la teoría de la conspiración es por momentos
una entretenida forma de analizar nuestra situación.
Primera hipótesis, el gobierno intenta desprestigiar aun más la
imagen del Congreso de la República, desatando esta grave acusación hacia todas
las fuerzas políticas (incluyendo el propio partido oficialista), el caos y la
falta de confianza no será únicamente al Poder Ejecutivo, sino, a través del
Congreso, a todos los partidos. Sin duda un gran escenario para iniciar la
añorada “gran transformación”
Segunda hipótesis, un gobierno extranjero,
cuyo nombre todos conocen, utiliza a uno de sus reconocidos peones para
desacreditar a la clase política, asegurando una investigación acerca del
narcotráfico, generando caos, experimentando una vez más, en este laboratorio llamado Sudamérica,
los clásicos métodos desestabilizadores utilizados en los países del medio oriente.
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