Quiero compartir mi última travesura, a pesar de ser un trabajo artesanal, creo que cumplió su objetivo mediático, lo cierto es que me divertí mucho con esto:
Como ya es
tradicional, cada año en el cumpleaños de Keiko Fujimori los congresistas del
fujimorismo hacen una especie de actuación que genera expectativa de la prensa
por la audacia de sus propuestas.
En esta ocasión,
los parlamentarios naranjas utilizaron una corriente mundial en las redes
sociales, el globalmente famoso video “Happy” de Pharrel Williams con un
mensaje positivo. El resultado fue sorprendente: solo en el primer día el video
tuvo más de 15,000 visitas. Eso debe haber desatado la ira de sus adversarios.
Algunos de ellos
han exclamado ¡vergüenza, payasada, daño a la institucionalidad! Y amenazan con
llevar el tema a la comisión de Ética del Congreso. Me pregunto quiénes son los
que dan risa.
Nada más ridículo
que el análisis de que los políticos peruanos deben tener el comportamiento de
parlamentarios ingleses (considerando que ni los parlamentarios ingleses se
hallan a esa altura).
No comprenden el
impacto del baile para el pueblo. En costa, sierra y selva, desde la marinera en
el norte, hasta las festividades por la Virgen de la Candelaria al sur del
Perú. El baile es entonces, a lo largo de nuestra milenaria historia, una forma de expresión que humaniza a las
autoridades y, por lo tanto, un valor agregado en la comunicación política.
Evidentemente, no
todos forman parte de ese grupo objetivo. Esos son los que hacen ascos al
asunto. Pero ante el pueblo el grupo muestra la decisión de atreverse, de ser
un grupo innovador, que no tiene temor a distanciarse de las posiciones
políticamente correctas.
El debate
político de las últimas semanas gira en torno a la tolerancia ante propuestas
como la unión civil. La misma tolerancia es la que se aplica acá. En tal
sentido, Lucha Cuculiza muestra más ritmo y alegría que los detractores del
Happy fujimorista.
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminar