viernes, 17 de abril de 2015

SALTANDO TRENES

Cuando era adolescente tenía esa ambición desmedida de entender el mundo a través de melodías densas y ropa oscura, con un soundtrack constante, la canción “Jumping someone else´s train” (The Cure).  

Entonces imaginaba la vida como una telaraña de rieles de tren e innumerables vagones en movimiento.  Vagones de diversos diseños, algunos grandes otros pequeños, ruidosos, silenciosos, algunos con muchas personas, otros vacíos, trenes de jóvenes y adultos, ricos y pobres, con personas tristes y alegres.

Si observaba en perspectiva los rieles, desde la visión de un ángel, los carriles  se entrelazaban como un tejido complejo y sin forma, incluso los imaginaba como una analogía de venas cargadas de trenes que representaban fluidos de sangre, recorriendo una maraña de vías.

La vida es así de compleja, y nuestra decisión nos permite saltar de tren en tren, sin importar el momento ni la velocidad, irrumpir y ser irrumpidos, en base a nuestras decisiones nos quedamos en el lugar que nos acomode mejor. Todos buscan el mejor vagón, aquel más confortable, una vez en él, hacen lo posible por apropiárselo y mantenerse, ¿Acaso la felicidad busca finalmente el encierro?, craso error, afuera lo vagones siguen circulando y se renuevan, aparecen más, en mi caso trato de seguir saltando, asimilando cada experiencia, cada salto, cada polizonte, disfrutando esa sensación de conocer mundos nuevos.

Las melodías van teniendo diferentes matices, el tiempo te hace disfrutar todos ellos, aquí la versión original de The Cure, y una versión melódica de hoy, con sentimiento propio.





jueves, 26 de marzo de 2015

NO GRACIAS, QUIZÁS EN OTRA OCASIÓN


La columna en Correo de Martín Santivañez llamó a mi puerta, como una revista Atalaya que pasaron por la rendija, ahora resulta que la intolerancia no solo se da entre homofóbicos y pro gays, ahora los “auténticos cristianos” (así se hace llamar el Sr. Santivañez) se muestran intolerantes y califican de acomplejados a los cristianos que no nos comportamos socialmente como ellos.

El fundamentalismo empieza a asomar y acusa a cualquier persona que no se comporte como un “auténtico cristiano”, de promover rabiosamente una agenda anticristiana.  Es peligroso, no estoy de acuerdo con su analogía de “guerra cultural” ni “prevalecer al fin de la batalla”, por el contrario me parece un exceso y poco eficaz el intento de manipulación.

Respecto al neopaganismo, no es nuevo, siempre hubo paganismo, lo invito a recorrer cualquier pueblo en la sierra peruana, la mezcla en las costumbres del pago a la pachamama y el agradecimiento al padre nuestro es maravilloso, además del sin número de vírgenes a lo largo de todo el Perú, que genera una devoción que ya quisieran tener los “auténticos cristianos”.

Su artículo, es esencialmente una respuesta a “La marcha por la vida”, la cual considero fue una muy buena iniciativa, pero lo importante no necesariamente es interesante.

Soy cristiano, estoy en contra del aborto, pero si a favor de la unión civil, soy felizmente casado y le aseguro que no pretendo ser un “auténtico cristiano” como usted, mi relación con cristo va muy bien, no necesito de su estereotipo, ni tampoco me vestiré de cruzado. No gracias, quizás en otra ocasión.

** Respuesta al artículo: “Cristianos acomplejados” por Martín Santivañez
http://diariocorreo.pe/opinion/cristianos-acomplejados-574999/

martes, 10 de febrero de 2015

YANACOCHA´S PIZZA

Desde hace unas semanas me causó mucho interés el caso de la señora Máxima Acuña y su litigio con Minera Yanacocha, en principio como análisis para conocer el manejo de crisis de una gran empresa.

Mi sorpresa fue cada vez mayor, la imagen de personal de Yanacocha agrediendo y destruyendo una construcción rústica de Máxima Acuña era demasiado poderosa, ¿Era acaso esta situación una impericia en la gestión de crisis? ¿Quién estaba a cargo de ésta sórdida situación, un gerente, un abogado, un maestro de obra o un representante del sindicato de construcción civil?

La situación de abuso de poder era evidente, más aún luego del informe realizado por Anuska Buenaluque para el programa Cuarto Poder, no es posible que una gran empresa minera utilice el resguardo de la Policía Nacional del Perú para perpetrar un claro abuso de poder sobre personas humildes y vulnerables, incluso utilizando el ilegal cierre de vías públicas.

Esta situación irresponsable de Yanacocha afecta no solo a sus inversiones, genera desconfianza en toda la población y tiene como consecuencia el desarrollo de atributos negativos contra todo el sector minero, por ende un impacto negativo en la economía de nuestro país. 

Si el principal problema de las mineras y el estado es el de destrabar inversiones, reducir o eliminar la “tramitología” (palabra utilizada por el propio Presidente Humala), la reacción de Yanacocha obliga a pensar si esos candados(trámites) cumplen la función de evitar abusos de poder.

En el Congreso de la República diariamente se escuchan los pedidos de censura y cambio de ministros, pero, quién le puede pedir a los directivos de Yanacocha que ofrezcan disculpas públicas y que anuncien un cambio urgente de colaboradores.

Los empresarios mineros lloran y se flagelan por los vínculos de las comunidades que los rodean con las ONGs, no es novedad que este tipo de corrientes ideológicas pululen con su desfasado mensaje clave de luchar contra una casta empresarial, no obstante,  se preocupan de los abusos contra campesinos.  Lo cierto es que este tipo de organizaciones se nutren del pésimo trabajo de algunas empresas mineras con su entorno más cercano, si los mineros no son capaces de convivir y llegar a acuerdos razonables con su entorno inmediato, lo mejor sería que reevalúen su inversión, quizás un ambiente más propicio para su negocio sean unas minas al sur de áfrica.

Necesitamos personas que realicen buena empresa, en armonía con su entorno, ganando esa licencia social a través del desarrollo de confianza con sus propios vecinos, necesitamos un cambio de cultura urgente en el empresariado, en la cual la gestión de vínculos y comunicación sea fundamental en la toma de decisiones.



No puede Yanacocha, nunca más, pretender reemplazar una campesina peruana, por un criadero de alpacas, es una falta de respeto para con todos los peruanos.  Los líderes políticos tienen la palabra y dejar de ser permisivos con un estilo de gestión empresarial, decadente, propio de la era industrial que no se encuentra acorde a los objetivos económicos trazados por nuestro país, como formar parte de la OCDE.