miércoles, 8 de febrero de 2012

Cocineros y Escritores



Inevitable reparar en el escándalo originado por el escritor Iván Thays a propósito de la comida peruana. La reacción pública ha sido de rechazo en defensa de nuestra cocina. Dudar de la gastronomía peruana cuestiona el talento de madres y abuelas, acto inaceptable en una sociedad en proceso de presentar al mundo lo mejor de sí, llevando como galardón la mesa nacional.  En mi opinión, sin embargo, la frase llamativa de esta batahola es la que produjera el diálogo entre un periodista y un escritor a quienes, en un noticiero matutino, pareció “increíble que en el Perú se conozca más a los cocineros que a los escritores”.

Qué tiene de increíble, me pregunto. Basta reparar en las enormes  diferencias existentes entre nuestros cocineros y escritores. Los cocineros trabajan en equipo y logran darle impulso a la comida peruana en el mundo. En consecuencia, se les percibe como una comunidad, una expresión social de perfil colectivo. En el caso de los escritores, en cambio, cada uno va por su lado en “soledad amena”, como dice el poeta, son intelectuales críticos unos de otros. Han demostrado ser profundamente individualistas.

¿Qué logros han alcanzado los cocineros? Desde hace años se esfuerzan por mostrar nuestra comida, con Gastón Acurio como exponente internacional. Aun no logran el objetivo, pero trabajan de forma organizada en conseguirlo. ¿Qué logros tiene los escritores? Con el premio Nobel Mario Vargas Llosa como mayor exponente, la mayoría se esfuerza individualmente por sobresalir de entre los demás, con éxito mediano. 

Mientras los cocineros agregan diariamente valor a cada restaurante que se abre en el Perú y en el extranjero, los escritores se sienten obligados a destacar solitariamente. Y se sienten en el deber de opinar sobre política. Mientras los cocineros son abejas que trabajan organizadamente, los escritores son cangrejos dentro de un balde del que no pueden salir porque entre ellos se jalan para abajo. 

No es, por eso, patrioterismo –como cree alguno- conocer a los cocineros mejor que a los escritores. Es la justa retribución a un esfuerzo de equipo, fruto de un legítimo orgullo peruano.

Diario Expreso, 08 de febrero de 2012

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